Las obras de esta catedral, dieron comienzo en el siglo XII, año 1124, a instancias del primer obispo y señor de Sigüenza
Después de la Reconquista, D. Bernardo de Agén. Se prosiguieron las obras a través de la Baja Edad Media, quedando completo el edificio en el siglo XV y, procediéndose, a continuación a la erección de otras dependencias (sacristías, girola, etc.) y toda la ornamentación, altares, etc.
Las portadas (meridional y occidental) son románicas de la primera época, aunque con añadiduras posteriores neoclásicas y barrocas. A los lados de la portada principal aparecen sendas torres de recia presencia y estilo militar medieval.
El monumento estaba, en principio, incluido entre los muros de la muralla de la ciudad, que fue derribándose para hacer ampliaciones en la catedral y en la Plaza Mayor o del Mercado. Alrededor de la Catedral quedan hoy otras dependencias (la claustra y otros patios) que la hacen independiente del resto de la ciudad. Su presencia da tono y ambiente a la ciudad, que histórica (fue señorío de los obispos durante ocho siglos) y urbanísticamente se articula en torno a ella. La catedral, en su exterior, es un ejemplar de templo-fortaleza, hecha para orar y, en caso preciso, para guerrear.
Esta majestuosa Catedral, origen y fundamento de la grandeza de Sigüenza, se alza por encima de toda la ciudad.
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