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Apuntes para un balance del ministerio episcopal de don Atilano

Sínodo y planes y cartas pastorales

         Sin afán exhaustivo y consciente de que muchos aspectos, concreciones y matices del ministerio de don Atilano como obispo de Sigüenza-Guadalajara pueden quedar en el tintero, los anales de nuestra historia recogerán, sin duda, el hecho de que él fue el primer obispo en convocar, ya en 2018, y poner en marcha (queda ya tan solo la final, la asamblea sinodal) un sínodo diocesano, el primero en 70 años y el primero, en consecuencia tras el Concilio Vaticano II (1062-1965) y la promulgación del vigente Código de Derecho Canónico (1983), que actualizaron, potenciaron y dinamizaron la estructura de los sínodos dentro de la Iglesia.

Con anterioridad, al sínodo de 1948, hubo, entre 1380 y 1655, otros once sínodos en el histórico obispado de Sigüenza. Pero las características y dinámicas de todos ellos no se asemejan en absoluto al actual.

Previamente a la convocatoria al sínodo y en concordancia con lo que se había haciendo en las últimos tres décadas, la pastoral diocesana tuvo como eje de actuación un entonces nuevo plan pastoral, en esta ocasión para los años 2014 y 2018, y titulado “El amor de Cristo nos urge”. Además, al comienzo de cada de sus trece cursos pastorales en que ha sido obispo ha escrito una carta pastoral temática.

 

Vicarios y arciprestazgos

 

Don Atilano ha tenido dos vicarios generales, con nombramientos respectivos en 2012 y 2014, y cinco vicarios episcopales. En 2018, redujo a siete los diez arciprestazgos diocesanos que había recibido. Con anterioridad, había ya cursado la visita pastoral canónica a todos los arciprestazgos y a la práctica totalidad de los pueblos y parroquias de la diócesis.

Además (ha sido un obispo muy popular y cercano), siempre se ha prodigado en visitar parroquias, arciprestazgos, sacerdotes, laicos, comunidades de vida consagrada y movimientos apostólicos, con una muy repleta agenda de actividades.

 

Pastoral, laicado, catedral, patrimonio, caridad

 

La institución del diaconado permanente, un nuevo directorio para la iniciación cristiana, nuevas reglamentaciones, orientaciones y disposiciones sobre pastoral de exequias, cementerios y tanatorios, creación de servicios diocesanos de transparencia y de prevención de abusos, estudios y debates sobre las unidades de acción pastoral, una asamblea sacerdotal durante cerca de un año y la promoción del laicado, incluso con cargos de responsabilidad en la curia y al frente de delegaciones diocesanas pastorales, han sido otros de sus quehaceres y logros.

Durante estos cerca de trece años, la catedral diocesana ha sido objeto de muy importantes y cuantiosas actuaciones. Catedral diocesana que vivió bajo su ministerio y auspicio episcopal el año jubilar del 850 aniversario de su consagración. Asimismo, deja un extraordinario legado en la rehabilitación de numerosos templos diocesanos, en la renovación y creación de infraestructuras pastorales y en todo el conjunto del patrimonio mueble e inmueble de la diócesis.

En fidelidad a su lema episcopal, “Misit me evangelizare pauperibus” (en español, “He sido a evangelizar a los pobres”, frase de Jesucristo, recogida en el evangelio de san Lucas), en estos trece años, toda la pastoral social y de caridad (con sus distintos sectores y secciones particulares) y singularmente a través de Cáritas Diocesana, ha seguido creciendo –un ejemplo al respecto puede ser el nuevo albergue Betania de Guadalajara- y prestando una muy amplia y variada respuesta a los más pobres y vulnerables.

 

Iglesia universal, mártires, vocaciones

 

Durante este tiempo se han sucedido dos papas, Benedicto XVI y Francisco. La Iglesia universal, con ella nuestra diócesis, ha vivido los años especiales dedicados a la Fe (2012-2013), a la Vida Consagrada (2014-2015), a Santa Teresa de Jesús (2014-2015), a la Misericordia (2015-2016) y a la Sinodalidad (2021-2024).

Realizó la Visita ad Limina Apostolorum al Papa y a la Santa Sede en dos ocasiones (2014 y 2022), más el reciente encuentro (el 28 de noviembre pasado) de todos los obispos españoles con el Romano Pontífice.

Durante estos años, diez mártires diocesanos de la persecución religiosa en España entre 1931 y 1939 han sido declarados beatos. Asimismo, don Atilano ha promovido las causas de canonización del obispo Eustaquio Nieto y compañeros mártires en la diócesis y del también obispo Jesús Pla.

Ante la tan acusada y pertinaz sequía vocacional en toda la Iglesia en España y en Europa y ante el envejecimiento de nuestro clero, don Atilano ha promovido convenios de colaboración con diócesis africanas a fin de contar con la colaboración en nuestra diócesis de sacerdotes africanos. Y en medio de la citada y grave crisis vocacional, ha habido tres ordenaciones sacerdotales diocesanas (2015, 2022 y 2023) y en los próximos meses habrá una cuarta.