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Julián Ruiz Martorell, nuevo obispo de Sigüenza-Guadalajara, se dirige a su nueva diócesis

Doy las gracias al Santo Padre Francisco por la responsabilidad que me ha encomendado como obispo electo de Sigüenza-Guadalajara, «servidor del Evangelio de Jesucristo para la esperanza del mundo». La confianza que deposita en mi persona me anima en estos momentos en que se hace más consciente y viva la responsabilidad de ser enviado, «como pastor, en nombre de Cristo, para cuidar de una porción del pueblo de Dios» (Pastores gregis, no 43).

Agradezco al Sr. Nuncio Apostólico su amable comunicación.

Expreso mi sincera gratitud a Mons. Atilano Rodríguez Martínez, que ha demostrado siempre conmigo una gran delicadeza de trato y una generosa confianza. Que el Señor continúe bendiciéndole y recompense su fecundo ministerio episcopal.

Cristo Jesús es el icono al que «dirigimos la mirada para realizar nuestro ministerio de heraldos de esperanza. Como Él, también nosotros hemos de ofrecer nuestra existencia por la salvación de los que nos han sido confiados, anunciando y celebrando la victoria del amor misericordioso de Dios» (Pastores gregis, no 74).

A través del Sínodo Diocesano, la Iglesia que peregrina en Sigüenza-Guadalajara vibra en sintonía de corazones, reconoce los frutos de su pasado, construye vínculos de compromiso evangelizador para mejorar el presente y anhela caminar hacia el futuro con renovada actitud de esperanza.

Me siento muy gozoso de poder seguir acompañando, alentando y promoviendo los trabajos sinodales.

Deseo compartir con los sacerdotes, personas consagradas y seglares de la Diócesis la firme responsabilidad de «conocer y amar a Jesús para hacerlo conocer y amar por todo el mundo».

Conocer a Jesús internamente no significa sólo ampliar nuestros datos sobre Él, retener en nuestra mente nuevas ideas. Se trata no solamente de «saber» sino de detenernos para escucharle, admirarnos ante sus milagros, sorprendernos después de oír sus palabras, acompañarle en sus silencios, agradecer sus gestos de ternura y cercanía, recibir su perdón, dejarnos invadir por su misericordia y crecer en esperanza.

Tenemos por delante una apasionante labor, que viene realizándose desde hace muchos siglos, en el anuncio de la Palabra de Dios, la celebración de la fe y el testimonio de la caridad.

Transmito mi reconocimiento, con especial afecto, a todas las autoridades que, desde sus diversas responsabilidades, sirven a la sociedad en la provincia de Guadalajara.

A los medios de comunicación social, a sus trabajadores y responsables, les envío un respetuoso saludo, junto con la valoración y la gratitud por su importante labor.

Dirijo un recuerdo especial a las personas más necesitadas y vulnerables, a quienes más sufren, a los enfermos, a los ancianos, a quienes padecen el dolor de la soledad, a quienes viven en condiciones precarias, a quienes no encuentran un trabajo digno y estable.

Me uno a la oración de toda la Iglesia pidiendo el don de la paz, para que no haya más víctimas inocentes en tantos países desgarrados por la violencia.

Que la Santísima Virgen me alcance la gracia de no frustrar jamás la entrega de amor que Cristo Jesús me ha confiado.

Muchas gracias.

31 de octubre de 2023

+ Julián Ruiz Martorell

Obispo electo de Sigüenza-Guadalajara