El Arca de la Misericordia, una reliquia, un tesoro que del siglo XV conserva nuestra Catedral y que ha sido restaurada. Situada en la nave del Evangelio, al lado mismo del crucero, enfrente del altar de San Miguel, el Arca de la Misericordia ha sido durante siglos la pequeña, la doméstica Cáritas de nuestra Catedral, donde los fieles dejaban limosna para los pobres, bien en metálico, bien en especie. En las últimas décadas, dejo de usarse, y ahora, el sábado 13 de febrero, sábado tras la ceniza, ha sido rehabilitada y bendecida.
Ese día, tras la misa coral de las 11 horas, tuvo lugar su inauguración y bendición. Tras un recorrido procesional desde San Pedro hasta el crucero, cantando “Cuando el pobre nada tiene y aún reparte”, se proclamó el capítulo 25 del Evangelio de San Mateo: “Tuve hambre, tuve sed, estuve desnudo, estuve enfermo, estuve en la cárcel…” Tras unas palabras del deán de la Catedral y el posterior cántico “Al atardecer de la vida”, se procedió a la oración y aspersión con agua bendita de bendición, se rezó el Padre Nuestro, se cantó una Salve ante la Inmaculada y se regresó a San Pedro con el himno del Año Jubilar.