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SAN VICENTE MÁRTIR

Es muy grato pensar en la acendrada devoción que se ha tenido, a lo largo de la historia, y se sigue teniendo, en nuestros días, a Santos, nacidos de humilde cuna, cuya devoción ha transcendido más allá de los límites demográficos del pueblo que los vio nacer, a otras regiones, e incluso naciones, muy alejadas de éstos.

Uno de estos Santos fue, sin duda alguna, nuestro gran Santo Vicente Mártir, diácono de San Valero, que padeció el martirio en Valencia, ciudad donde es patrono con San Vicente Ferrer.

En el último viaje, de Zaragoza a Valencia, fue apresado por los legionarios romanos, acompañando a su Obispo San Valero.

Los puntos más importantes de su ruta, entonces llamada Via Laminium, fueron Caesar Augusta (Zaragoza), Care (Cariñena), Agiria (Daroca), Turbula (Teruel), Segóbriga (Segorbe), Saguntium (Sagunto) y Valentia (Valencia).

Destaco un hecho milagroso atribuido a San Vicente Mártir en Agiria (Daroca), que dio origen al pozo que hoy se conoce como de San Vicente, en uno de los rincones más pintorescos y típicos de la ciudad.

“En la parada obligada que hicieron para descansar en Daroca, en una casa, al ver San Vicente a su Obispo caído posiblemente por la sed y fatiga, cogió su báculo, golpeó el suelo con él cerca de la casa y, ante el asombro de los legionarios romanos, brotó un chorro de agua cristalina en dicho lugar”.

Con el tiempo se construyó un pozo, según está actualmente, y, a su lado, un “peirón” dedicado a San Vicente Mártir. En este lugar, todos los años, el 21 de enero, después de entonar una Salve, con asistencia de los cofrades y gran cantidad de público, ante la capilla adornada, se prende fuego al montón de leña, allí preparada, y ante la hoguera se pasa la velada con bailes populares. Al día siguiente se celebra la fiesta religiosa con procesión.

San Vicente Mártir es venerado, también, desde la remota Edad Media, fuera de Sigüenza. Su nombre se encuentra en el santoral universal por sus grandes virtudes y buenas obras.

Los seguntinos nos sentimos orgullosos de que muchos de nuestros antepasados, con su estilo de vida, no egoísta ni exclusivista, buscando en todo momento el bien de los demás, sin hacer daño o anulando a los que les pudieron rodear, consiguieron ser solidarios con los problemas de Sigüenza, porque admiraron e imitaron a su Patrón, San Vicente Mártir.

El 22 de enero, fecha en que la Iglesia Universal conmemora a San Vicente Mártir, Sigüenza, y muchos pueblos aragoneses y valencianos, veneran al Santo.

Fuera de España, le venera también, como su patrón, la ciudad de Ambonay (Francia), al sur de la montaña de Reims, en la región de Champagne, con gran brillantez y una serie de actos, entre los que destaca una gran procesión, cuyos componentes, vestidos con trajes de la época, acompañan a San Vicente Mártir rememorando tiempos pretéritos.

En Roma hubo tres basílicas dedicadas a San Vicente Mártir. Sus virtudes fueron elogiadas por gran número de Santos, entre ellos San Agustín, el Papa León Magno, San Ambrosio, San Isidoro y San Bernardo. Gran número de reliquias se extendieron por Europa, algunas de ellas quedaron en diferentes puntos de Francia, tales como París, Metz, Castres y Benançón, entre otros. Según cuentan las crónicas fueron llevadas, desde Valencia, por el rey franco Chideberto, en el siglo VI.

Pido al Señor, a través de San Vicente Mártir, que la devoción, casi nueve veces secular, a nuestro Patrón, nos sirva, a todos los seguntinos, para estrechar más y más nuestras relaciones, recogiendo la gran lección que en su vida, con sus virtudes, nos dio y que, como antes he dicho, supieron recogerla y divulgarla los grandes Santos de la Iglesia Católica.

Felipe Peces Rata
Canónigo-Archivero de la Catedral de Sigüenza